Cada fin de otoño el acontecimiento se repite. La ballena franca austral vuelve a las costas de Puerto Madryn para maravillas del público. El avistaje de las ballenas promueve el turismo desde junio hasta diciembre, la temporada en que la ballena permanece en el Golfo Nuevo para reproducirse, dar a luz y amamantar a las crías.
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Magia en el Golfo Nuevo
Desde la costa se puede observar a las madres con sus crías. El mejor lugar para este avistaje es la playa de Las Canteras, dentro del Área Natural El Doradillo, a unos 15 km al norte de la ciudad. Esa zona tranquila del mar es la que eligen las ballenas para parir y amamantar a los ballenatos. En aguas más profundas, suceden los cortejos amorosos.
Las personas que deseen tener un mayor acercamiento a las ballenas pueden embarcarse en los medios dispuestos por los operadores. El carácter sociable y curioso de las ballenas hace que busquen el contacto con el hombre, hasta mantener al público cautivo de sus juegos y piruetas en el agua. Desde la cubierta, es posible tener un cara a cara con estos mamíferos enormes que pueden pesar hasta 47 toneladas y medir 15 metros.
La ballena franca austral habita en aguas subtropicales y subantárticas del hemisferio sur. Se desplaza anualmente entre las áreas de alimentación en aguas frías y las áreas de reproducción y cría en aguas más cálidas. En esta segunda mitad del año suceden los rituales de cortejo y el nacimiento de las crías. El periodo de gestación dura 12 meses, de modo que el ciclo se repite cada vez. Las hembras se reproducen cada tres o cinco años.
En Puerto Madryn y Península Valdés se dan las condiciones para observarlas, ya sea por el acceso, la cercanía de las costas o la cantidad de población de ballenas. Las aguas del Golfo Nuevo se transforman a partir de la magia de esta migración y el avistaje de estos animales en su hábitat natural, lo que genera un gran atractivo para la región chubutense.
Argentina es un país líder en conservación de las ballenas y, dado el trabajo de los conservacionistas, la población que fuera diezmada por la industria ballenera hasta la década del 60 comienza a repuntar poco a poco, aunque todavía nos encontramos lejos de alcanzar las poblaciones originales.
Las amenazas actuales para la ballena franca austral incluyen el enredo en redes de pesca, las colisiones contra embarcaciones, la industrialización de las regiones costeras y las modificaciones del agua debido al cambio climático.
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