En un entorno de montañas y bosques, cada vez más personas buscan un refugio propio donde desconectar de la rutina, practicar deportes, caminar, inspirarse y deleitarse con los paisajes. Los parques y las áreas naturales protegidas son sitios extraordinarios para descubrir y disfrutar. Sin embargo, el ser humano va dejando su huella por donde transita. A veces, podemos percatarnos del impacto, otras no.
Los lugares frecuentados para acampar están marcados por restos de basura y anillos de fogatas, los residuos higiénicos aparecen a la vera de los senderos, las hogueras desatendidas provocan incendios de gran dimensión y la erosión del terreno se manifiesta en rutas muy transitadas. Ante estas circunstancias y la falta de consideración hacia la propia naturaleza que nos alberga, las filosofías educativas tienden a refrescar ideas ecológicas e intentar poner límites a estos efectos negativos. No obstante, no solo se trata de normativas prudentes para el uso recreativo, sino también de los valores que los amantes de la montaña están fomentando: el respeto absoluto hacia la montaña y el medio ambiente.
La filosofía Leave No Trace (No Dejar Rastro), con origen en el Servicio Forestal de Estados Unidos, busca evitar o minimizar el impacto en la naturaleza y garantizar una experiencia recreativa positiva para todos los visitantes. Los espacios naturales son un tesoro para las personas, y esta naturaleza está en peligro. En este contexto, Leave No Trace proporciona el marco para concientizar sobre los principios de no dejar huella, que se pueden aplicar a todas las actividades recreativas y los entornos naturales.
Los 7 principios de no dejar huella
Se trata de 7 principios sencillos para transmitir una ética sostenible sobre las actividades al aire libre. Estos principios nos permiten disfrutar de un modo más armonioso del entorno sin alterar nada de lo que se manifiesta en el mundo natural.
Planificar con antelación y prepararse
Cuando no existe una buena planificación, las personas suelen recurrir a soluciones de alto impacto o ponerse en riesgo cuando enfrentan situaciones inesperadas. La planificación minimiza el daño en el medio ambiente y aumenta la confianza para disfrutar de la montaña en sintonía con la naturaleza.
Hacer uso de la superficie sostenible
El daño al terreno ocurre cuando se pisotea la vegetación y las comunidades de organismos de los suelos vivos no tienen posibilidad de recuperación. El resultado es la degradación del suelo. Es importante acampar en áreas duraderas para minimizar el impacto y transitar por senderos acondicionados para tal fin.
Recoger los residuos y eliminarlos correctamente
La basura abunda en la naturaleza y es un problema preocupante para los ambientalistas. El abandono de residuos afecta a los cursos de agua, a la fauna y a otras personas que caminan por allí. Los visitantes deben llevar consigo toda la basura generada durante los paseos.
Dejar intacto todo lo que se encuentre
Este principio promueve la minimización de alteraciones en el entorno natural, evitando acciones como cavar zanjas para carpas, cortar ramas de árboles vivos, clavar clavos en los árboles o remover elementos naturales. En los campamentos agrestes, hay que limpiar el lugar y desmantelar las estructuras temporales.
Reducir el impacto de las fogatas
Las fogatas provocan un deterioro de las áreas naturales, sin contar el riesgo de incendio potencial si quedan descuidadas o desatendidas. En la mayoría de los parques está prohibido hacer fuego. Por eso, entre las recomendaciones para los senderistas se indica llevar calentador.
Respetar la vida silvestre
La observación silenciosa es la mejor amiga del senderista. Es necesario minimizar el impacto en la fauna y los ecosistemas, manteniendo una distancia segura y evitando interferir con los hábitats naturales. No se debe alimentar ni molestar a los animales.
Ser considerado con otros visitantes
La cortesía es un componente más de las normas de convivencia al aire libre. Ser sensato, mantener un estado contemplativo, sin hacer ruidos, y respetar el espacio de otros visitantes son factores que permiten que todos puedan disfrutar de la experiencia.
Al adoptar estos principios y valores, cada uno de nosotros puede hacer su aporte a la conservación de la belleza natural de nuestras montañas y espacios al aire libre. La filosofía de no dejar rastro nos enseña a disfrutar de la naturaleza de forma responsable y a transmitir ese respeto a las generaciones futuras.
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